miércoles, 18 de abril de 2012

CAPITULO 1: La intervención de YPF desde adentro

Lunes 16 de Abril, oficinas centrales de YPF en Puerto Madero.
Nada hacía sospechar esa mañana que todo estaba por cambiar.
Había llegado temprano en bicicleta, luego de dejar a mis dos hijas en el jardín. Los rumores venían gestándose hacía días, meses... idas y vueltas entre los gobiernos de España y Argentina en un juego en donde cada uno subía la apuesta.
La mañana del día en que cambió todo yo estaba ocupado planificando un proyecto. Entonces alguien dijo que a las doce la Presidenta hablaría por Cadena Nacional, no anunciaban el motivo. Después de dos anuncios para con YPF que no habían sido, se sospechaba que tal vez iría a referirse a su encuentro con Obama, o tal vez sí, esta vez, la tercera, fuera la vencida.
Poco antes de las doce un colega ya había sintonizado la TV en su computadora. Pero eran ya casi doce y media y continuaba la programación habitual.
Entonces sucedió todo.
El anuncio completo está disponible en video, pero no mis emociones a medida que éste se sucedía: primero hubo cierta confusión, ¿se expropiaba el 100% o el 51%? De otro lado de la oficina escuchábamos a alguien que decía con angustia "¡se volvió loca, se volvió loca!". Desfilaron los números de la producción, que ya todos conocíamos. También los del crecimiento del gasto en importaciones. Volvían a mi memoria los pensamientos de 2010, cuando trabajábamos a destajo para transformar en diez meses un pedazo de selva junto al río en Escobar en un puerto de regasificación donde pudieran atracar los barcos que importarían gas licuado para que en 2011, año electoral, no faltara la energía en el invierno. En aquel entonces pensaba yo que nada era peor que un país se quedara sin energía en sus fábricas, sin gas en sus estufas en los meses más crudos del invierno. Si había que pagar la energía a precio internacional, debía hacerse, pero también pensaba que eso serviría para "pasar el invierno". ¿Y los años siguientes? ¿Estaríamos obligados a importar energía para siempre? En aquel entonces todavía el gobierno local y los empresarios argentinos a cargo de la dirección de la empresa eran amigos, los unos felicitaban a los otros, españoles y argentinos se daban golpecitos en la espalda al tiempo que derramaban elogios mutuos en los medios.
A medida que antes de ayer la Presidenta mostraba los gráficos de tendencias, mi demonio interior gritaba "¿y el gráfico del crecimiento explosivo del consumo que es la columna vertebral del modelo? ¿y el de los records rotos año tras año de venta de automóviles? ¿con qué supusieron que iban a funcionan esos autos?".
Y las pregunta principal: "¿cómo no se dieron cuenta antes? ¿o no les importaba?"
Y al mismo tiempo, mientras la Presidenta enunciaba uno por uno los países que NO cedieron el 100% de su soberanía energética a una empresa extranjera (que vienen a ser todos menos la Argentina), no podía evitar pensar que ella tenía y tiene razón, pero "¿cómo llegamos hasta esto?". Aún recuerdo el enojo porque en las palabras ciertas la Presidenta no había ni una sola autocrítica. Recuerdo pensar que hubiese preferido escuchar "¿saben qué? nos equivocamos, y ahora estamos por hacer lo correcto".
Y entonces, con el anuncio casi concluido, mientras los interventores iban desembarcando en la Sede Central de YPF, de pronto tuve que preguntarme,
¿y qué pienso yo, que desde antes del 2000 trabajo en YPF, de todo esto?
¿qué va a suceder a partir de mañana?
Estos pensamientos, estos sentimientos, acompañados por el momento a momento de la intervención, serán volcados en este sitio para quienes seguir esta historia apasionante con final aún abierto.
Porque muchos podrán estar de acuerdo con el objetivo y no con la forma, otros estarán de acuerdo en todo y otros más en nada.
Pero para bien o mal, el pasado lunes 16 fue un día histórico,
   y esta es la crónica desde el corazón de YPF.
Saludos, mis colegas de YPF y de Repsol. Mis hermanos argentinos y españoles.
Nos vemos pronto.
PD: por la virulencia que noto estos días en algunos comentarios de los post de los diarios al respecto de este conflicto que nos mueve a todos y no siempre saca lo mejor de quienes comentan, argentinos y españoles, gente a favor y en contra, mantendré el anonimato mío y de mis compañeros trabajadores por el momento. Esta crónica no tiene un sesgo político ni desea tenerlo. Su objetivo es la información en tiempo real y, ojalá, la reflexión a futuro.